Proviene del antiguo ritual pagano de Saturnalia.
En la era pre-cristiana, con el solsticio de invierno, cuando las plantas morían, los paganos metían plantas perennes en sus hogares como acto de compasión y magia para preservar la esencia y la vida vegetal hasta la primavera.
Los nórdicos se apropiaron más tarde de esa bella costumbre y acabó convirtiéndose en el "árbol de navidad"
Los antiguos germanos (que creían que el mundo y todos los astros estaban sostenidos pendiendo de las ramas de un árbol gigantesco llamado el “divino Idrasil” o el “dios Odín”), en cada solsticio de invierno, cuando suponían que se renovaba la vida, celebraban ese día adornando un árbol de encino con antorchas que representaban a las estrellas, la luna y el sol.
En torno a este árbol, bailaban y cantaban adorando a su dios.
Ver también: http://entraysabrasloquequierocontar.blogspot.com/2011/12/para-esas-personas-que-todavia-creen.html
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