martes, 16 de noviembre de 2010

Sobre Ubuntu (por JuaneteBitel)

Ubuntu es un sistema operativo y es una distribución GNU/Linux que está basada en Debian y utiliza el entorno de escritorio Gnome. Es software libre y de código abierto (open source), lo que viene a decir que es gratis y modificable, pudiéndose distribuir después de su personalización o modificación.

Existen diversas variantes de Ubuntu disponibles, las cuales poseen lanzamientos simultáneos con Ubuntu. Las más significativas son:

* Kubuntu, que utiliza KDE en vez de GNOME como entorno de escritorio. * Edubuntu, diseñado para entornos escolares (que a partir de la versión 8.04 es un paquete agregado dejando de existir como distribución aparte). * Xubuntu, el cual utiliza el entorno de escritorio Xfce, que está diseñado para máquinas con pocos recursos o antiguas. * Gobuntu, que sólo viene provisto de software libre. * Ubuntu Studio, diseñada para el trabajo con multimedia, aunque no es un proyecto reconocido oficialmente por Ubuntu. * Ubuntu Netbook Remix, creada para las maquinas netbook.

FILOSOFIA

Ubuntu es una palabra de origen africano que no tiene una traducción exacta. Es un sentimiento, una forma de vida, una especie de ideología. Se podría resumir en que la existencia propia está íntimamente ligada con la de los demás, y viceversa. Esta son algunas de las traducciones de la palabra de moda en el software libre:

* "Humanidad hacia otros" * "Yo soy porque nosotros somos" * "Una persona se hace humana a través de las otras personas" * "Una persona es persona en razón de las otras personas" * "La creencia en un enlace universal de compartir que conecta a toda la humanidad" * La más larga y más exacta: "Una persona con Ubuntu es abierta y está disponible para los demás, afirma de los demás, no se siente amenazado cuando otros son capaces y están bien, porque es seguro de sí mismo ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, que se disminuye cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos"

De estas expresiones viene el eslogan “Linux para seres humanos“. Nació en octubre del 2004 gracias a Canonical Limited y su nombre original fue no-name-yet.com. Ubuntu usa GNOME entre otras razones por el compromiso de este de sacar una nueva versión cada 6 meses. De esta forma las versiones de Ubuntu tienen dos números separados por un punto.

Por ejemplo: Ubuntu 9.04: año 2009 y mes 04

PORQUE UTILIZAR UBUNTU

1. Es gratis para todos. Puedes solicitar un CD de instalación o descargarlo y ejecutarlo sin costo alguno. También pueden gozar de él los que usan Windows, y elegir el sistema a utilizar al encender nuestra computadora.

2. Se entiende muy bien con otros sistemas. Los especialistas lo sindican como altamente compatible con otros sistemas operativos, por la cantidad de software de buena calidad que se puede usar.

3. No virus: Difícil de que se contagie de alguna infección. El sistema no requiere ni detectores de Spyware, ni antivirus, ni ... . Mientras que en Window$ se consume mucha cpu y memoria en esta tarea de protección, además de entorpecer los procesos. Normalmente los virus y gusanos atentan contra Window$ y no contra Ubuntu. Cabe agregar que Ubuntu resiste muy bien a las caídas del sistema y raramente necesita ser reiniciado.

4. Es más potente que las últimas versiones de Windows. Un estudio de TuxRadar comparó tiempos y rendimiento en una computadora standard (PC de Dell) y halló que: a) Las versiones de Ubuntu se descargan más rápido de internet que W. Vista y W7 (casi 400 segundos) y requieren la mitad de clicks para su instalación. b) Ubuntu ocupa la quinta parte de lo que ocupa en el disco el sistema de Microsof c) Ubuntu cierra la sesión más rápido que Window$. d) Ubuntu supera en velocidad los tiempos de transferencia de archivos (de USB a disco duro en grandes y pequeños archivos) a Windows.

5. No requiere de una computadora más moderna. Mientras Window$ y sus recientes versiones piensan trabajar en un equipo nuevo, Ubuntu es más tolerante con equipos no tan nuevos. No es para nada exigente con nuevos recursos de hardware; por ello, quizás se asombrará de la rapidez del nuevo sistema.

6. Es libre. Parte de su filosofía, es permitir al usuario (con conocimientos) modificar su código fuente para adaptarlo o experimentar, permitiendo así a los usuarios participar en su crecimiento y desarrollo.

7. Es intuitivo. Gracias a la interfaz gráfica y los componentes del escritorio, así como los menús en tu propio idioma, Ubuntu es muy fácil de usar. Además tiene efectos visuales muy agradables.

8. Facilidad para instalar programas: Con todas las aplicaciones libres y algunas privativas para instalar con mucha facilidad y con ayuda de los tutoriales de mucha gente en Internet, el usuario elimina los ratos en que tenía que crakear aplicaciones y hacer extensas maniobras para obtener lo que necesitaba.

Algunos dicen que utilizar Ubuntu es difícil y todo un aprendizaje y que Microsoft Window$ ha calado mucho en nuestras vidas laborales. ¿Pero no requiere también un gran aprendizaje la utilización del montón de opciones que nos dio Vista o Mac cuando llegaron a nuestras manos?

9. Actualizaciones desde un único sitio: Las actualizaciones del propio sistema y de todas las aplicaciones instaladas se hacen desde un único sitio: el Gestor de actualizaciones. Mientras que en Windows cada aplicación lo hace separada de las demás y del propio sistema.

De más está mencionar el sentido ético del software libre y la sana lucha (y hasta sin querer) que le estaríamos haciendo al mercado negro. Nunca será tarde para abrir su mente a nuevas herramientas tecnológicas. Anímese a probar esta formidable alternativa.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Qué es Ubuntu (muy brevemente)

Ubuntu:

Es una distribución GNU/Linux (también abreviado como “distro”) muy fácil de utilizar por cualquier usuario. Consiste en una recopilación de aplicaciones y herramientas junto al núcleo Linux. Se encuentran empaquetadas de una determinada manera y con utilidades extras para facilitar la configuración del sistema.

Se encuentra mantenida por una comunidad de desarrolladores que reciben el soporte de la empresa Canonical, la cual vende servicios relacionados con la distribución.

Su filosofía esta basada en el Manifiesto Ubuntu, el cual promueve que el software debe estar disponible sin coste alguno y con la posibilidad de adaptarlo a las necesidades de cada usuario.

• Nunca se tendrá que pagar por Ubuntu. Ubuntu desea promocionar los principios del desarrollo de software open source. Se pretende animar a usar el software,mejorarlo y distribuirlo.

Canonical tiene un servicio gratuito de envío de CDs, de forma que es posible realizar pedidos desde la página web, para su entrega en domicilio. Por otro lado también es posible descargar el CD directamente de su web(http://www.ubuntulinux.com).

Qué es Linux (muy brevemente)

GNU/Linux: El proyecto fue denominado GNU (GNU's Not Unix), su finalidad era la construcción de un sistema operativo compatible con UNIX pero completamente libre.

Linus Torvalds nombraba “Linux” a su nuevo sistema.

En sus inicios la gente que probaba el código le preguntaba a Linus si iba a pedir dinero por su trabajo, Linus negó que tuviese dicha intención y animó a todos aquellos que probaban Linux a que le enviaran postales como recompensa. Al cabo de semanas llegó a tener el buzón lleno de postales de lugares tan dispersos como Japón o Nueva Zelanda.

Como su intención era conseguir que otras personas lo ayudasen a mejorar Linux, era necesario que toda modificación hecha por terceros tuviese que ser pública, evitando así que alguna compañía vendiese código modificado sin aportar nada.

Linus desarrolló el kernel Linux pero se apoyó en las herramientas implementadas por el proyecto GNU. Es por este motivo que cuando se tiene un sistema completo (kernel + utilidades básicas) es llamado GNU/Linux.

Desde finales de los 90 hasta la actualidad el mundo del software libre ha visto un creciente apoyo por parte de empresas (IBM, Sun Microsystems, Novell...) y gobiernos (Brasil, Alemania o casos más cercanos como: Extremadura, Andalucía y Valencia) de todo el mundo.

domingo, 17 de octubre de 2010

Errar es humano, aprender es divino


Considerar un error como una oportunidad para aprender es inteligente. La historia de la humanidad está llena de fallos que desencadenaron en importantes descubrimientos.

La historia de la humanidad está llena de equivocaciones afortunadas que nos han llevado más allá de nuestros límites. Desde el error de cálculo que condujo a Colón al continente americano, muchos aciertos humanos han salido de pequeñas y grandes catástrofes. El yogur, hoy presente en la mayoría de neveras, lo descubrió, según la tradición, una caravana de comerciantes búlgaros que trasladaban leche de un poblado a otro y vieron cómo, por efecto del sol, ésta había fermentado. Uno de ellos la probó para ver hasta qué punto se había echado a perder. El sabor le gustó y, con el tiempo, se descubrió que tenía efectos beneficiosos para el estómago. Había nacido un producto que conquistaría el mundo. Moraleja: tenemos mucho que aprender de las llamadas “serendipias”, como se denomina a los hallazgos o descubrimientos que se producen por accidente.

  • EL JARDÍN DEL ERROR
  • PARA APRENDER DE LOS ERRORES


“Vivimos en una sociedad que premia el acierto y penaliza el error. Para nuestro sistema educativo, el error es estéril y vacío”

“No hay que tener miedo a equivocarse, porque no hay otra manera de aprender. La vida es un constante prueba y error”

Dos errores modernos

“Las equivocaciones son los portales del descubrimiento” (James Joyce)

En 1974, el departamento de desarrollo de productos de 3M se desesperó cuando uno de sus investigadores, Spencer Silver, produjo una goma altamente defectuosa al olvidar un componente en la mezcla. Lo que parecía mala suerte fue aprovechado por otro empleado del departamento, Art Fry, para crear uno de los grandes inventos de la industria de papelería moderna. Fry era un devoto de la iglesia al que siempre se le caían los papelitos con los que marcaba los pasajes de la Biblia. Antes de que la mal lograda partida de adhesivo fuera arrinconada en la fábrica, tomó parte de aquel pegamento débil para fijar los papelitos a las páginas de las sagradas escrituras. Acababa de nacer el Post-it.

Otro error de índole empresarial que ha sido ampliamente comentado tuvo como protagonista a Steve Jobs, el fundador de Apple. En 1984 contrató a John Sculley para que dirigiera la empresa con mayor eficacia. La mala relación que se instaló entre los dos acabó, debido al apoyo de los accionistas al recién llegado, con la dimisión de Jobs. Sin embargo, gracias a su despido, Steve tuvo tiempo de crear en 1986 la compañía de películas de animación Pixar, que firmó acuerdos con Walt Disney para producir algunas películas de enorme éxito, como Toy story. Pixar terminó en manos de Disney por 7.400 millones de dólares, y Jobs se convirtió en el mayor accionista individual de la misma Disney. Su éxito no pasó inadvertido a Apple, que en plena crisis le devolvió las riendas en 1997 para que reflotara la empresa. Empezaría la edad de oro de la compañía, con éxitos masivos como el iPod, los nuevos iMac o los actuales iPhone.

Viaje al centro del error

“Si cerráis la puerta a las equivocaciones, también la verdad se quedará fuera” (Rabindranath Tagore)

Pese a los ejemplos, el error no goza de buena fama en nuestra sociedad. El escritor y creativo publicitario Gabriel García de Oro aborda en un ensayo de próxima publicación la injustificada fobia a equivocarnos. El autor de La empresa fabulosa plantea que tal vez no sea casualidad que los términos “error” y “terror” se parezcan tanto: “El error nos produce terror. También vergüenza y culpa. Bajamos la mirada y nos reprochamos no haber sido capaces de acertar, de escoger la opción correcta. Desde pequeños hemos vivido en una sociedad que premia el acierto y penaliza el error. Para nuestro sistema educativo, el error es estéril y vacío, no se saca nada de él”.

Nuestro miedo a equivocarnos se traduce a menudo en miedo a decidir. Si no decidimos, no fallamos. Y si no fallamos, no nos podemos hacer reproches ni nos sentiremos culpables. Resultado: parálisis. Al esquivar los errores, además, renunciamos a nuestro maestro, pues como demuestra la biografía de los grandes inventores y empresarios, en las equivocaciones hay una fuente inagotable de sabiduría. La ciencia avanza gracias a la “prueba y error” y lo mismo sucede en cada vida humana. García de Oro lo explica así: “Sin error no se avanza. ¿Quién ha aprendido a ir en bicicleta sin caerse? Es imposible. Por eso las personas mayores que no saben ir en bicicleta es muy difícil que aprendan, porque tienen demasiado miedo a caerse. Y así no hay quien pedalee. Debemos volver a aprender como cuando éramos niños. Crecer es aprender, aprender es equivocarse”.

Dado que, desgraciadamente, el error nos produce un sentimiento de culpa, preferimos que otros escojan por nosotros antes que tomar el riesgo de equivocarnos. Esta actitud nos limita y frena nuestro crecimiento como personas, pues acabamos diluyendo nuestra libertad dentro de un grupo en el que no tengamos que tomar decisiones.

Las tres R de error

“La libertad no merecería la pena si no incluyera la libertad de equivocarse” (Mahatma Gandhi)

El autor citado anteriormente se sirve de las tres consonantes que conforman la palabra “error” para desvelar tres claves de sabiduría que, “erre que erre”, nos educan para acertar en la vida incluso cuando no se produce ninguna serendipia:

Reconocimiento. Cada fallo es una lección de humildad que nos pone en nuestro sitio. Saber que no somos infalibles es un ejercicio beneficioso. Nos enseña que debemos prestar atención y aprender para mejorar en el futuro.

Responsabilidad. Al reconocer nuestra equivocación estamos tomando el control de nuestros actos en lugar de echar las culpas a terceros. Por tanto, cada error asumido nos recuerda que mucho de lo bueno y lo malo que nos sucede depende de nosotros.

Revolución. La conciencia del error, de lo que no funciona, es el germen de la revolución. Así como Edison probaba nuevos filamentos para su bombilla cada vez que fracasaba, muchas mejoras sociales han llegado a partir del impulso colectivo para enmendar injusticias.

El progreso es una carrera hacia la superación llena de experimentos fallidos pero necesarios, porque solo a través de lo que no funciona llegamos a descubrir lo que funciona. Esto no solo se aplica al campo de la ciencia o de los movimientos sociales. La vida de todo individuo es un constante prueba y error, donde el premio gordo lo obtiene quien más aprende de sus errores.

Alfred Adler, el psiquiatra austriaco que exploró el complejo de inferioridad, explica cómo funciona la escuela del error: “¿Qué es lo que haces al principio cuando aprendes a nadar? Cometes errores, ¿no es cierto? ¿Y qué ocurre a continuación? Pues que cometes más errores todavía. ¿Y qué pasa cuando has descubierto todas las maneras posibles de hundirte? De repente empiezas a nadar. ¡La vida es igual que aprender a nadar! No tengas miedo de equivocarte. No existe otra manera de aprender a vivir”.

De la síntesis a la solución

“Todas las personas cometen fallos, pero solo las inteligentes aprenden de ellos”

(Winston Churchill)

Aunque su impacto puede ser muy poderoso, las serendipias son poco comunes en la vida cotidiana. Es decir, la inmensa mayoría de equivocaciones no aportan más beneficio que mostrarnos un camino que no lleva a ningún sitio.

Las personas fallamos. Unas aprenden de los errores y otras tropiezan con la misma piedra. Un ejemplo de este segundo grupo sería la persona que, con cada intento de relación sentimental, comete exactamente los mismos errores: bien porque elige siempre mal a su compañero/a, o porque reproduce las mismas conductas que llevan a la ruptura. Estas personas no suelen reconocer sus errores y atribuyen la culpa a los otros.

Además de un espíritu autocrítico y responsable, ¿qué es lo que distingue a las personas que aprenden de los errores de las que solo saben tropezar con ellos? Analizar lo que ha salido mal y sintetizar la clave del error significa subir un peldaño en nuestra evolución personal. Así, quien posee inteligencia emocional “lee” lo que sucede a su alrededor y saca conclusiones para cultivar las interacciones positivas y reducir las de resultado negativo.

Quien tropieza tres veces consecutivas con la misma piedra, en lugar de maldecirla, debería fijarse en cómo anda. Esa es la lección. Es imposible apartar todas las piedras del camino, que están ahí para enseñarnos a bajar la vista con humildad y educar nuestros pasos. Se hace camino al andar, como decía Machado, y se gana sabiduría al errar.

EL JARDÍN DEL ERROR

“Hubo un tiempo en el que Adán y Eva vivían felices y despreocupados en el jardín del Edén. Todo era paz y armonía. No había posibilidad de error. Para los humanos, no tener la opción de equivocarse es el paraíso. Pero de repente supieron que, de entre todos los árboles, uno estaba prohibido. No debían comer la fruta del árbol de la ciencia y la sabiduría. Tal vez por eso decidieron comer, probar, arriesgarse. Y se equivocaron. Fueron expulsados del paraíso. Primera interpretación bíblica: los errores se pagan. Sin embargo, existe una lectura más sutil y reveladora: el camino que lleva hasta el árbol de la sabiduría es el error”. Leo Balthazar.

PARA APRENDER DE LOS ERRORES

1. Libros

– ‘Serendipia’, de Royston M. Roberts (Alianza). Este entretenido ensayo ilustra con múltiples ejemplos el papel de lo azaroso y accidental en muchos avances y descubrimientos, desde el principio de Arquímedes o la penicilina hasta inventos tan cotidianos como el velcro o el cristal de seguridad de los automóviles.

– ‘La empresa fabulosa’, de Gabriel García de Oro (Planeta). Escrito por el director creativo de Ogilvy One, esta antología de fábulas inspiradoras contiene lúcidas perlas de sabiduría para la vida diaria.

2. Películas

– ‘Atrapado en el tiempo’, de Harold Ramis (Buena Vista). La clave de este divertidísimo filme, protagonizado por Bill Murray, que se ve obligado a vivir una y otra vez “el día de la marmota”, está en el aprendizaje de los errores cotidianos para salir de la rueda del fracaso.

FRANCESC MIRALLES 17/10/2010